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Mito: La publicidad ya está regulada en Colombia, por lo que no puede decir mentiras.
La normativa vigente sobre regulación de publicidad en Colombia (Ley 1480 de 2011 y Decreto 975 de 2014) no es lo suficientemente amplia para proteger los derechos de los niños, niñas y adolescentes porque:
Mito: Muchos platos típicos colombianos contienen más calorías que una gaseosa y una porción de cereal de caja.
Mito: Los productos comestibles ultra-procesados no son las culpables. La falta de actividad física y las dietas inadecuadas son las verdaderas responsables. El control del peso corporal es un asunto de “calorías que se ingieren vs. calorías que se queman”.
La evidencia muestra que la actual epidemia de obesidad, se debe principalmente a un incremento de la ingesta calórica, (Hall et al 2011) la cual se ha dado a expensas de productos comestibles ultra-procesados (Mendonça et al, 2016; Louzada et al, 2015; Canella et al, 2014).
Mito: La industria está haciendo un gran esfuerzo en reformular sus productos, disminuyendo los niveles de sodio y eliminando las grasas trans en sus productos. Estos procesos de reformulación, también incluyen la fortificación de los productos con varios micronutrientes que tienen beneficios para la salud.
Mito: La publicidad no es la que influye en lo que comen los niños, niñas y adolescentes, son los padres y madres los únicos responsables de lo que comen sus hijos e hijas.